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Entre 230 y 221 a.C., el ambicioso y extremadamente joven rey de Qin, Ying Zheng, unificó China, agregando a su imperio a todos los otros llamados estados guerreros (ZhanGuo). Gracias a esto, Ying Zheng se convirtió en el primer emperador en la historia china, tomando el título de Qin Shi Huang Di.

Muchas cosas tuvieron que cambiar para que todo el imperio chino estuviera completo; y Qin Shi Huang Di no perdió el tiempo. Dividió el imperio en prefecturas, nombrando personalmente a funcionarios centrales y locales; luego, decretó que debían usarse los mismos símbolos de escritura en toda la nación.

Además, unificó las leyes y las unidades de medida; particularmente la moneda, creando condiciones sorprendentes para el desarrollo económico y el crecimiento del imperio.

Las decisiones internas no fueron las únicas cosas que dieron forma a esta nueva nación unificada. Desde el norte, la amenaza de los bárbaros Hsiungnu seguía sacudiendo el imperio, y Qin Shi Huang Di sabía que la única forma de detener esa amenaza era construir uno de los edificios más ambiciosos de la historia humana: la gran muralla china.

Miles de campesinos dejaron sus campos para participar en la construcción, no sólo de la gran muralla, sino también de carreteras, canales, palacios y edificios majestuosos.

En este juego de mesa, los jugadores asumen el papel de emisarios del emperador, a los que se les ha asignado la difícil tarea de contribuir al proceso de unificar el imperio, ayudar a construir el muro y todas las infraestructuras necesarias. Durante las cinco rondas del juego, se debe sacar lo mejor de las pocas cartas que se obtienen en cada ronda.

Se puede jugar cada carta en tu propio tablero de jugador para aumentar tu poder personal en el imperio, o en el tablero de juego para reclutar mano de obra, construir edificios reclamados por el emperador, invocar refuerzos de Qin y mover los ejércitos de reino a reino.

Cada jugador tiene que elegir el mejor momento y la mejor manera de jugar sus cartas para ganar los favores del emperador. Sin embargo, ten cuidado, porque tratar de obtener demasiado poder o explotar a los trabajadores para beneficio personal podría aumentar la insatisfacción entre la población y, en consecuencia, aumentar el riesgo de levantamientos en los reinos recién agregados.

Quien sea capaz de hacer la mayor contribución a la causa del emperador, al mismo tiempo que mantiene a los ciudadanos plácidos, será el ganador de la partida.