Antes de octubre de 1944, ninguna gran ciudad alemana había sido asaltada directamente por ningún ejército aliado. Los soldados alemanes seguían luchando tenazmente en toda Europa, incluso después de que la derrota de Alemania se hiciera evidente; por lo tanto, los comandantes estadounidenses tenían todas las razones para preocuparse de que la resistencia en suelo alemán fuera tenaz.
En la ciudad de Aquisgrán, se esperaba que la lucha callejera fuera intensa, al igual que en otras ciudades fuertemente disputadas. La situación a lo largo de la frontera era aún peor; la infame muralla del oeste se cernía frente a Aquisgrán, rodeando la ciudad con kilómetros de bunkers, casamatas y dientes de dragón. El sentido de aprensión entre los soldados asignados al ataque, así como sus generales al mando, era evidente y justificado.
"Aachen: First to Fall" utiliza un nuevo sistema de combate que está diseñado para que los jugadores puedan aumentar sus unidades con "fuego de apoyo" durante el transcurso de los turnos. Desde morteros hasta aviones de combate, las unidades pueden recibir activos de apoyo para enfrentar posiciones y formaciones enemigas, lo que permite que el combate se desarrolle en todos los niveles.
En este juego de mesa, el diseño de desgaste simula la verdadera naturaleza de las batallas en Europa. Las unidades suelen ser formaciones de dos caras que pueden sufrir bajas, replicando con precisión las realidades del combate y las altas pérdidas sufridas por ambos lados durante la lucha. Ganar la batalla es, por lo tanto, una cuestión de maniobra, potencia de fuego y gestión de activos.