Somos magos, que con nuestros dados iniciales, obtenemos gotitas de magia que usamos para conseguir nuevas criaturas y hechizos, con los que aumentamos nuestra bolsa de hechizos, buscando que nuestras criaturas invocadas sean capaces de aguantar un turno para que nos proporcionen gloria. Y es que eso es lo que tienen que aguantar, un turno.
Lo primero que haremos será expandir el poblacho actual, con cuatro muertos de hambre en tenderetes, hasta transformarlo en una urbe con su especulación y su trapicheo, aunque conociendo al preboste, lo de el mangoneo era algo que ya les venía tocando. Es abstracto, sí, pero el rollito del castillo y demás pues hace que no sea tanto.
Ganará aquel jugador que más monedas haya conseguido acumular al final de la partida. Para lograr esto cada uno tendrá a su disposición dos campos y una mano inicial de cinco judías para plantar. Cuando en uno de nuestros campos tengamos plantadas varias cartas de la misma variedad entonces podremos recogerlo y obtener las monedas indicadas.
Este juego es un enfrentamiento entre magos, que extraen energía de la tierra para poder invocar criaturas, lanzar hechizos y generar artefactos, con la única idea de cascarle al otro mago veinte puntos de daño, o diez contadores de veneno, o dejarle sin cartas que robar de su biblioteca.
Seguro que todos me conocéis, soy Málaga Yones, primo del famoso arqueólogo. Mi primo se dedica a hacerse rico a base de saquear los tesoros de civilizaciones desaparecidas, y de paso, ligar con toda chica que se ponga por delante. Yo, me temo que soy más prosaico. Me dedico a hacerme rico cogiendo, directamente, gemas preciosas que luego vendo al mejor postor.
Un juego de dados con el que simulamos un partido de tenis. Sí, lo habéis oído bien, ¡un partido de tenis! Cada jugador tiene cinco dados con los que demostrar que es mejor tenista que Nadal, Federer, Djokovic, McEnroe,... Un jugador lanza los dados, si la jugada es "válida" el otro jugador tira sus dados para "devolverle" la pelota.
La premisa más importante de este juego es que nunca debes mirar tus cartas, ¡nunca! Entorno a esta regla gira todo el juego. Cada jugador dispondra de una mano de la que sólo conoce el reverso, y esa es poca información porque todas las cartas tienen el mismo reverso. Durante toda la partida los jugadores dispondrán sus cartas de manera que sean visibles para los demás.
Pues somos constructores que ayudamos a reconstruir la ciudad de Troyes, y cada jugador deberá montar un barrio próspero con edificios y personajes de las tres facciones: militar, civil y eclesiástica. En realidad vamos a montar un chiringuito de cartas, en una disposición de cuadrícula de tres por tres, en la que colocaremos personajes.
Era el año 5708. El año de nuestra desgracia y de nuestra gloria. El año que todo acabó y todo comenzó. La historia de la galaxia llevaba siglos registrando paz. Cuando los humanos descubrimos el salto hiperespacial, se encontraron metidos en una guerra contra la hegemonía. Fue cruenta y salvaje, pero no fue nada comparado con lo que nos esperaba.
Es casi imperdonable que aún no hayamos hecho una reseña sobre este juego para aquellos que no lo conocéis, ya que consideramos que fue el que nos dio el "empujoncito" (junto al "Carcassonne") para convertirnos en verdaderos jugones. Este juego suele ser de los primeros juegos de mesa que entran en casa cuando empiezas a interesarte más y más sobre este tema.
Estamos en una bañera, donde hemos colocado tres boyas de colores, y tenemos que hacer una carrera con el resto de patitos de goma (son de goma de verdad, y salvo por el detalle de no llevar pito, son como los que todos hemos tenido) para ser los primeros en tocar las tres boyas y llegar a la meta, que es el sumidero de la bañera.
Esto es lo que grito cada mañana, todos los días. Pero no os creáis que es monótono, ¡al contrario! Vivimos en el año 1910 de nuestro Señor, ¡un mundo de oportunidades! Es mi convencimiento que el mundo se encamina a una edad de continua paz y progreso técnico. No hace ni diez años que Noruega se separó de mi amada Suecia de forma totalmente pacífica.
Un juego en el que tendremos el rol de un caballero cuyo objetivo es ser el primero en ganar cinco prestigiosos torneos. Para ganar dichos torneos tendremos que conseguir reunir el apoyo de diferentes caballeros para luchar contra nuestros enemigos. Pero ojo, a veces las cosas pueden torcerse y lo que parecía una victoria asegurada puede darse la vuelta completamente.
Muy al estilo de "Dominion", se trata de ir haciéndote tu mazo, consiguiendo cosas que interactúen entre sí y eliminando lo antes posible la morralla inicial. La diferencia mayor es que en nuestro turno tenemos una adquisición de héroes/artilugios y batalla contra monstruos, sin más limitación de ambas que tus valores de compra y ataque.
Siempre te queda la sensación de que cambiarías esta o aquella cosa... Pero ya no hay vuelta atrás, eres lo que has venido formando durante años, y estás formado no sólo de lo que has ido consiguiendo, sino que eres también gracias a tus errores. Por eso no me queda sino estar orgulloso de haber llegado hasta aquí.
Lo primero que quiero destacar de este juego es que, compartiendo las mecánicas básicas del original, han logrado crear un juego que aporta sensaciones totalmente diferentes y renovadas, un juego completamente nuevo con colonos, trenes y mercancias. Para mí, un soplo de aire fresco para esta franquicia saturada de expansiones.
Queridos amigos, soy Sextus Julius Frontinus, cuestor municipal del agua en Roma (curator aquarum). Seguramente me conoceis por mis famosos libros sobre los acueductos en la capital imperial. Este otro manuscrito, que dejo enterrado en mi villa con la esperanza de que generaciones futuras lo reciban, explica cómo funciona de verdad el sistema de construcción de acueductos en Roma.
Es una alocada carrera de ranas sobre un estanque; pero no ranas cualquiera: ¡caballeros rana! Para ganarse el favor de la princesa Water Lily y sus hermanas, quienes se van a casar y podrán obtener a su príncipe después del pasteloso besito al anfibio. Tema pegado; aun así, es gracioso debido a lo bien que acompañan los componentes.
En este juego, somos aguerridos aviadores de la primera guerra mundial, que a bordo de poco más que cafeteras con hélice, surcamos las mesas para encontrar enemigos a los que abatir. Aunque el juego en si es un juego de cartas, no le veo sentido a jugarlo sin miniaturas, la verdad, pero que se puede, sí se puede.
Qué gran alegría me dio ver de nuevo a estos diablillos involucrados en ese fantástico mundo que ha creado Vlaada Chvátil. Son de los juegos que me entra por los ojos y ganan puntos de "compra compulsiva". A pesar de ello, la primera vez que lo vi pensaba que era una expansión del "Dungeon Lord" o que directamente sería muy parecido.
Sinceramente, creía que no me iba a gustar y, mira tú por donde, estaba totalmente equivocado. Y es que en muchas ocasiones los juegos que menos esperas triunfan y éste ha sido el caso. El juego es en sí una colección de unos cincuenta mini-juegos, todos ellos relacionados con el lenguaje, ya saben, formación de palabras y oraciones.
El inserto es una monería. Me encantan los insertos en los que vienen componentes del juego (ya sean cartas, tablero, el aspecto de una partida,...) reflejados. Las reglas del juego se explican en un santiamén. Tan fácil de jugar como su predecesor; si no, fijaros en que las reglas ocupan literalmente dos hojitas. Y ahora vayamos al juego en sí.
El tablero central es muy cómodo de plegar y tiene un grosor consistente y duro. Las áreas de juego están perfectamente divididas evitando la sensación de agobio... vamos, que invita a jugar. Es totalmente independiente del idioma, muy intuitivo. Por otro lado está el tablero personal que posee cada jugador tiene el espacio justo para guardar cinco cartas de juego que hubiera estructurado de otra manera.
Recuerdo que, cuando el juego salió, me llamó mucho la atención y no voy a negar que hasta cierto punto y dada la repercusión mediática que tuvo en el mundillo pensé que estaba ante un gran juego, nada más lejos de la verdad. Sinceramente, creo que éste es un juego más bien mediocre, pero antes de pasar a los motivos de por qué pienso esto, voy a explicarles un poco de lo que va.