Una ampliación enfocada a este aspecto del juego, las misiones cooperativas, presentándonos al general Volkare, un poderoso enemigo al que tendremos que derrotar en dos escenarios diferentes y de dificultad configurable, que aunque pongamos la más fácil posible os puedo asegurar que aun así será un autentico reto.
En este juego controlaremos uno de los dos principados de la colonia de la isla, teniendo que desarrollar y ampliar nuestro principado para tratar de obtener la corona del reino. Para ello, podremos adquirir nuevos recursos, colonizar, desarrollar y proteger nuevos poblados o ciudades además de comerciar entre otras opciones.
Zombis, miniaturas y micromecenazgo. Este juego tenía todo lo necesario para ser un bombazo y, efectivamente, lo fue. Un juego con una estética que bebe directamente del tebeo y el videojuego, que sale al rebufo del boom que está teniendo todo lo zombi y que, sobre todo y no nos engañemos, promete cantidades ingentes de plástico en el interior de cada caja tenía que petarlo sí o sí.
Los demonios que habitan el Horamundo (una zona ajena al tiempo y al espacio), buscando entretenerse, atraparon e hicieron luchar a los krosmaster, los mejores guerreros del Krosmoz (universo alternativo). Nosotros representaremos a los krosmaster en la arena de combate, donde debemos derrotar a nuestro rival.
La cuestión es que el mundo tiene el tamaño que tiene y es limitado. Aún así debe albergar a un creciente número de razas, que tendrán que disputarse el espacio a lo largo de una serie de turnos. Nos tocará a nosotros repartir nuestra presencia por el mapa, eligiendo las razas que usaremos para nuestra ocupación de territorios.
Muchos juegos llevaba ya comentados sin reseñar al abuelito de los juegos de mesa modernos. No es por nada que, cada vez que planto un "Alta Tensión" o un "Battlestar Galactica: El juego de tablero" sobre una mesa y comienzo a explicarlo, siempre hay alguien que pregunta: "¿Esto es como el "Monopoly"?". Pero, ¿qué es, en realidad, este juego?
Se trata de un euro en el que aunque no se colocan trabajadores, es importante gestionar y optimizar nuestros recursos. No es nada innovador en sí mismo, aunque tiene algunos mecanismos que van bastante bien. Destaca la elección del orden del juego, que se elige al principio de cada turno, y que con los multiplicadores que hay hace que sea muy caro mantenerte arriba durante muchos turnos.
Cada jugador representa a un pastor, cuyo objetivo es reunir al máximo número de ovejas de su color posibles dentro de un prado cerrado, que tendrá que estar delimitado por vallas para que puntúe. Un prado sin cerrar no puntúa, por muchas ovejas que tenga. El color de cada jugador, será secreto en principio, pero será fácil de intuir por sus jugadas.
No importa si conoces la respuesta correcta; si la sabes, mejor para ti. Realmente hay dos partes muy diferenciadas y podríamos decir que su tema principal son las apuestas, las preguntas es donde reside el cachondeo al ver las pedradas que sueltan algunos jugadores, pero su mecánica principal son las apuestas. La mecánica es súper de sencilla y en menos de dos minutos podréis poneros a jugar.
¿Quién no ha visto alguna vez "Heidi" y no ha pensado en lo feliz que sería la vida sencilla, respirando aire puro, rodeado de animalitos y disfrutando de la naturaleza? Luego, claro, piensa uno en dónde iba a enchufar el móvil para cargarlo y se le pasa; porque, ¿de qué sirve ser feliz si no lo puedes tuitear? Sin embargo, esa idea queda ahí, rondando.
A la gente le gusta sentirse parte de una minoría. Llámalo postureo, esnobismo o complejo de copo de nieve especial y único; pero todos, en mayor o menor medida, tenemos ese puntito de orgullo cuando hacemos o nos gusta algo que la mayoría de la gente no conoce y, cuando ese "algo" se convierte en un fenómeno de masas, siempre está el que dice "molaba más antes".
El juego básicamente consiste en posicionar a las ovejas de tu color (dos por cada jugador) en los lugares del prado más ventajosos. Estos lugares variarán a lo largo de la partida, según la fase en la que se encuentre el marcador de turno. Este marcador es el que delimita la fase en que se encuentra la partida.
Florencia, siglos XII - XIV: las familias más poderosas pretenden destacar sobre las demás construyendo las torres más altas posibles. Nosotros seremos constructores que compiten por realizar más y mejores encargos para estas familias, a fin de lograr el mayor prestigio. Reglamento corto y sencillo, muy bien explicado con ejemplos.
Quizás os preguntéis: ¿Era necesaria una ampliación? Posiblemente no. ¿Es necesaria entonces una review de un ampliación que no es necesaria? Menos aun, pero así echamos el rato, no se ve el blog tan vació y os cuento un poco como va el asunto, que pese a no ser necesaria, "está simpática".
Los cylons fueron creados por el hombre. Evolucionaron. Se rebelaron. Existen muchas copias. Y tienen un plan. Ese plan es, básicamente, eliminar a esa humanidad tan fea que suda y dice tacos y que, por algún motivo, en el futuro ha decidido recortar las esquinas de los folios, quizá como solución universal a los cortes con hojas de papel que diezmaron a la población mundial.
En lugar de basarse en ir seleccionando cartas de una a una para confeccionar tu baraja, lo que haces es seleccionar únicamente dos facciones de veinte cartas cada una, donde las cartas ya están agrupadas, barajarlas y prepararte para jugar. Por tanto, es una vuelta de tuerca más al elemento deckbuilding.
"Viernes" se basa en el personaje de Robinson Crusoe y su compañero Viernes, siendo este último el que representará el jugador, tratando de ayudar a Robinson a sobrevivir en la isla y poder salir de ella. El jugador parte con veinte puntos de vida y la mecánica del juego radica en la construcción de mazos.
Éste es un juego para dos a cinco jugadores a partir de ocho años en el que un puñado de avestruces hacen una carrera y los jugadores tienen que lograr que lleguen en un orden concreto. Algo así como una copia de "Carrera de Tortugas" y el "Monza" pero con un par de detalles más.
Cada jugador tomará el papel de uno de los exploradores y su objetivo será ser el primero en alcanzar el Polo Sur. Para ello el juego utiliza un sencillo sistema de gestión de la mano. Para apoyar el motor de cartas disponemos de un tablero que representa la ruta que siguieron nuestros aventureros para lograr su objetivo.
Seremos cocineros compitiendo por el título de Itamae-san (maestro del sushi). Utilizaremos los ingredientes disponibles para preparar recetas más innovadoras, ¡complejas y con más estilo que nuestros rivales! Cada jugador, por turnos, colocará un ingrediente sobre el tablero para realizar una combinación de ingredientes que se corresponda con una de las recetas.
Cuando puse a este juego en el primer puesto en mi "top" de juegos de todos los tiempos, hubo gente que se extrañó y me preguntó por qué había escogido un juego, en principio, tan sencillo por delante de otros que tal vez tengan mayor profundidad estratégica o puedan considerarse más "completos". Pero es que el hecho de que un juego sea más complejo o presente un mayor desafío intelectual no lo hace necesariamente mejor.
Al abrir la caja del juego, que por cierto es muy cuca, veremos un tablerillo (impreso a doble cara), cartas, tokens de cartón, cubitos en cinco colores, y el manual de reglas. Pues en este juego no han perdido tiempo siquiera en hacernos una introducción a un mundo ficticio ni nada por el estilo. Aquí cada jugador intenta extender sus ejercitos (sí, los cubitos) todo lo que pueda por el mapa.
Francis J. Tumblety, detenido en Londres como sospechoso en el caso de "Jack el destripador", huye a Nueva York tras ser puesto en libertad bajo fianza, donde continuarán los crímenes de Jack y la policía solicitará entonces la ayuda de algunos ciudadanos para su captura, aunque Jack se esconde bajo la identidad de uno de ellos.
Aquí encontramos un juego cooperativo de dos a cuatro jugadores, aunque es perfectamente jugable en solitario llevando varios personajes. La temática es atractiva, el mundo se está viniendo abajo por culpa de cuatro enfermedades contagiosos que se extienden a lo largo del planeta, nosotros como expertos debemos encontrar las cuatro curas.