Un juego en el que tendremos el rol de un caballero cuyo objetivo es ser el primero en ganar cinco prestigiosos torneos. Para ganar dichos torneos tendremos que conseguir reunir el apoyo de diferentes caballeros para luchar contra nuestros enemigos. Pero ojo, a veces las cosas pueden torcerse y lo que parecía una victoria asegurada puede darse la vuelta completamente.
Muy al estilo de "Dominion", se trata de ir haciéndote tu mazo, consiguiendo cosas que interactúen entre sí y eliminando lo antes posible la morralla inicial. La diferencia mayor es que en nuestro turno tenemos una adquisición de héroes/artilugios y batalla contra monstruos, sin más limitación de ambas que tus valores de compra y ataque.
Una vez abierto, la caja no esconde demasiados misterios. Su reglamento a color, añade nuevas variables en la forma de jugar, incluyendo hasta un party para disfrutarlo con mucha más gente, y sobre todo la posibilidad de jugar hasta con doce jugadores, lo cual lo hace un buen juego para tenerlo en casa cuando se nos reúnan multitudes dispuestas a pasar un buen rato.
¡Te hace sentir poco menos que en un cuento de hadas! El tablero no destaca por su alta calidad, pero es más que aceptable; Sin embargo, eso lo suple con creces por la estética, por el colorido, por los dibujos. Es precioso. También hay bastante madera en forma de cubitos y de meeples, con colores también bonitos. Los meeples llevan una pegatina transparente con los números que indican a la generación a a la que pertenecen.
Lo primero que quiero destacar de este juego es que, compartiendo las mecánicas básicas del original, han logrado crear un juego que aporta sensaciones totalmente diferentes y renovadas, un juego completamente nuevo con colonos, trenes y mercancias. Para mí, un soplo de aire fresco para esta franquicia saturada de expansiones.
Los maestros constructores son de madera y le tienes que poner tú las pegatinas. Los trabajadores son el típico mepple de madera de colores. El tablero y las piezas son sobrios, pero de calidad. A la caja en nuestra opinión le sobra altura y habría estado bien que el compartimento para las losetas estuviera dividido en espacios más pequeños para separar los distintos tipos.
Es una alocada carrera de ranas sobre un estanque; pero no ranas cualquiera: ¡caballeros rana! Para ganarse el favor de la princesa Water Lily y sus hermanas, quienes se van a casar y podrán obtener a su príncipe después del pasteloso besito al anfibio. Tema pegado; aun así, es gracioso debido a lo bien que acompañan los componentes.
En este juego, somos aguerridos aviadores de la primera guerra mundial, que a bordo de poco más que cafeteras con hélice, surcamos las mesas para encontrar enemigos a los que abatir. Aunque el juego en si es un juego de cartas, no le veo sentido a jugarlo sin miniaturas, la verdad, pero que se puede, sí se puede.
Sinceramente, creía que no me iba a gustar y, mira tú por donde, estaba totalmente equivocado. Y es que en muchas ocasiones los juegos que menos esperas triunfan y éste ha sido el caso. El juego es en sí una colección de unos cincuenta mini-juegos, todos ellos relacionados con el lenguaje, ya saben, formación de palabras y oraciones.
El inserto es una monería. Me encantan los insertos en los que vienen componentes del juego (ya sean cartas, tablero, el aspecto de una partida,...) reflejados. Las reglas del juego se explican en un santiamén. Tan fácil de jugar como su predecesor; si no, fijaros en que las reglas ocupan literalmente dos hojitas. Y ahora vayamos al juego en sí.
Recuerdo que, cuando el juego salió, me llamó mucho la atención y no voy a negar que hasta cierto punto y dada la repercusión mediática que tuvo en el mundillo pensé que estaba ante un gran juego, nada más lejos de la verdad. Sinceramente, creo que éste es un juego más bien mediocre, pero antes de pasar a los motivos de por qué pienso esto, voy a explicarles un poco de lo que va.
Los componentes de este juego son de alta calidad, ¡sin duda alguna! Las piezas de madera son resistentes, identificables y agradables a la vista, excepto quizá los trolls, que cuesta identificar como tales por la forma (que no por el color). Los marcadores de problema son discos negros, redondos, como los que hay presentes en muchos otros juegos.
En este juego cada uno de los jugadores llevará a uno de los bandos de la guerra, los York y los Serrano, por ver quien es el que hace la mayoría de puntos a base de unir grandes zonas de su facción. Luego, y así lo atestiguan los libros de historia, el bando con más puntos ganaba la guerra y el otro se retiraba.
En este juego vamos a construir un paisaje lleno de caminos, ciudades amuralladas (aquí debe estar el tema del juego), granjas y abadías. Y en cada tipo de construcción vamos a ir colocando a nuestros meeples (creados en este juego, mira tú si es importante) para que, cual jefe de obra, se quede allí hasta que se acabe la construcción y vuelva a casa con un sueldo en forma de puntos.
Cada vez que lo saco me gusta jugar una partida con cada bando y ésta es la dosis suficiente para no saturarme. Jugar siempre con la misma persona puede ser algo cansino porque los movimiento pueden llegar a ser predecibles e incluso mecánico, como si te pones el piloto automático. Se agradece cambiar de oponentes y que haya una nueva mente pensante sobre el tablero.
La historia tras el juego es la de los videojuegos y pelis: luchar contra hordas de infectados en una mansión de Umbrella, aunque según el modo de juego se trata de limpiar la mansión, de acabar con el bicho gordo o de, una vez fuera de la mansión, acabar con tus compañeros. La secuencia de juego es la de Dominion, una acción y una compra.
Un juego cooperativo en el que somos exploradores en busca de los tesoros que se encuentran en ella. Pero hacernos con ellos no nos resultará fácil puesto que la isla cada vez se va inundando más e incluso desapareciendo en parte, por lo que los jugadores tendrán que cooperar de la mejor manera posible para no perder y lograr el objetivo común.
Los jugadores, armados con sus viejos grimorios de hechizos y conjuros, deben hacerse con el mayor número de riquezas, tesoros y aliados. Cada una de las rondas del juego, los brujos seleccionan en secreto y de forma simultánea uno de sus hechizos en función de la potencia o nivel de hechizo disponible, con el fin de deshacer los planes del contrario.
Antes de comenzar la partida hay varias rondas de colocación inicial. Comenzando por el jugador inicial y siguiendo el sentido de las agujas del reloj, cada jugador coloca dos cubos en una región del mapa, seguido de una segunda ronda en el sentido inverso. El reglamento no establece ningún tipo de restricción respecto a la colocación de los cubos de población.
Representamos a Grandes de España que pelean por el control de las distintas regiones de la península mientras el Rey se pasea por sus dominios echando un ratejo aquí y haya (hay cosas que han cambiado poco). A nuestra disposición tenemos caballeros que mandaremos a cada región, siempre limítrofes con el Rey, si antes hemos podido reclutarlos de las provincias a nuestra corte.
El juego está ambientado en Japón, en los días de la Corte Imperial... Las relaciones diplomáticas con China estaban recuperándose y el Emperador chino, como muestra de paz regaló un Panda gigante a su homólogo japonés... Toda esta historieta, está ilustrada en plan cómic en las instrucciones del juego... un detalle más, que hace del turrón de leerse las instrucciones, un trago más apetecible.
A veces parece que el destino jugón no quiere que topes con un juego, por más ganas que tengas, y resulta que cuando consigues jugarlo se te queda una cara exagerada de bobo. Ninguno de los jugones con los que comparto mesa se lo compraba, ni siquiera cuando el juego pasó a estar a un precio escandalosamente apetitoso.
Estamos en una ciudad hexagonada donde cuatro ejércitos con habilidades diferentes se dan estopa para ser los únicos supervivientes, en un tablero del tamaño de un CD, con lo que es inevitable el roce. La verdad es que las características propias de cada ejército le dan un saborcillo temático, que unido a la incontable cantidad de ejércitos amateur que hay por ahí, sea aún más temático.
Aunque parezca un abtracto al más puro estilo "Tigris y Éufrates" (de tiles de colores va la cosa), es temático a más no poder... o no. Bueno, a mi me lo pareció. En el juego tenemos que hacer desarrollar nuestros corales para posteriormente alimentar con ellos a nuestro pez loro. Pero ojo, no todos los corales tienen el mismo valor y es que existe una jerarquía entre ellos.