Si eres de los que piensa que esta editorial sólo edita juegos farragosos y que a pesar de tener fama de lanzar juegos con buenas mecánicas, no te apetece "sacrificar" parte de tu vida y de tu tiempo para aprender reglas y verte abogado a sacar el juego dos veces a mesa: Quédate. Te invito a leer la reseña y luego, si sigues pensando lo mismo, avisa porque quizá tenga que reescribirla.
Hoy estamos aquí para hablar sobre un juego bastante curioso. Es uno de esos juegos de hoy día que por el look que tienen se hace quizás un poco difícil saber a quién va dirigido ¿Es para críos? ¿Para adultos con alma de niño? ¿Para todos? Yo nunca me he fiado, fío o fiaré de las edades que ponen en los juegos de mesa. De ahí mi duda.
Te adentras en el campo de batalla con un implacable ejército formado por infantería, caballeros y arqueros. Planea cómo colocar a tus tropas y descubre cuál es la mejor estrategia... Estamos ante un juego en el que al igual que en la vida real, el azar tiene cabida... pero lo puedes minimizar aportando estrategia. Después de todo... siempre hay unidades que son más efectivas contra otras.
No se nota casi nada que hace bien poquito que los derechos de explotación de la obra de Conan Doyle han pasado al dominio público, ¿verdad? Que si series de televisión, que si estudios en esmeralda, que si juegos de mesa... Sherlock Holmes se ha puesto de moda por lo barato que es explotarlo, y yo que me alegro, oiga. En este caso concreto nos encontramos ante un juego en el que nos proponen competir por ser los primeros en resolver cada uno de los trece casos.
Lleva al motor hasta sus límites, negocia las chicanes, pégate a la rueda de tus rivales y aprovecha su rebufo para ponerte en cabeza... Tendrás que asumir riesgos por anticiparte si quieres estar entre los mejores pilotos y subir al podium. De nuevo estamos ante un juego que no requiere demasiada preparación. ¿Estamos listos?
Una vez empieza todo, es importante saber que sólo podrás subir/bajar una marcha por turno (Lls marchas te permitirán tirar un dado que haga que avances más o menos) y que en caso de necesitar más... será a costa del cambio de marchas. Si te cargas el coche ya sea por él, por el motor, las ruedas,... ¡Estás fuera!
Estamos ante un juego de gestión de tiradas, de ser previsores y en el que las curvas son tremendamente importantes. Tanto es así que cada curva requiere de un número mínimo de paradas (cuenta como parada el momento en el que terminas tu movimiento a final de turno) y si no lo haces... vas mal... muy mal. Al principio cuesta pillarle un poco el tranquillo, pero tranquilos que eso no dura mucho.
Para hacer una buena carrera... siempre es bueno probar antes el circuito, conocerlo y ver qué tal se porta nuestro bólido en los distintos tramos ¿Saldremos de una pieza de ahí? Para las dimensiones que ocupa desplegado, todo llega en una caja de bastantes buenas dimensiones, resistente y con un arte muy llamativo.
Yo era bastante reticente a incluir elementos externos a un juego de mesa (y tengo mis razones para seguir siéndolo). Pero eso no quita que tuviese muchísima curiosidad por este juego. No es que hubiera jugado al de ordenador, sino que hace tiempo lo vi jugar y me pareció un juego llamativo, así que quería ver si en tablero molaba y... vaya que sí.
Abrir este juego y llevarse una mini-decepción por lo que trae es bastante normal. Por suerte después resulta que el juego lo vale. Estamos ante una típica caja con inserto incluido. Cartón bueno y arte... no hay más que verlo. A mí me encanta. Mientras unos invasores alienígenas desconocidos redoblan sus ataques contra la Tierra, hasta tres amigos y tú haréis de jefes de departamento.
En este caso no os voy a hacer tutorial sencillamente porque todo el juego funciona mediante una aplicación y lo han hecho suficientemente bien como para acordarse de meter un "¿Cómo se juega?" ahí dentro. En resumen el juego es lo que muchos esperaréis. En el tablero se representa la tierra. Ese suculento planeta al que van a ir llegando más y más aliens.
Cada jugador va a tener un rol y en función de él tendrá que ir actuando a lo largo de todo el juego. Si sois buenos jugando y la suerte os sonríe un poco... ¡Hasta podéis pasaros el juego! Hay que decir que en solitario es de los pocos juegos que a mí me han viciado, pero... porque no me da tiempo a casi pensar.
Hoy estamos aquí para defender al planeta... ¿O era para liarla y que los marcianos terminen destruyéndolo? Perdonad, pero es que a veces confundo los conceptos... Sea como sea, nos encontramos de nuevo ante uno de esos curiosos casos en los que un videojuego se pasa a la mesa de juego.
Una vez jugado me mantengo en mis trece de que un juego que tan sólo lleva cartón no puede costar nuevo más de cincuenta euros, pero como dijo aquel hace tiempo: "Al César lo que es del César". El juego está interesante aunque como "novatillo" que soy en este tipo de juegos se me ha hecho más lioso de entender de lo que yo imaginaba.
¿Buen juego? Sin duda; pero como decía un suscriptor: es de esos juegos que tienen la lacra de que llegado a cierto punto de la partida muchas veces sabes que te va a ser imposible ganar y entonces es cuando muchos pensarían eso de "¿Merece la pena continuar?". Personalmente me gusta tener juegos complicados de ganar pero...
Es un juego muy intenso y que tan solo está de paso por mi casa. Me ha costado bastante terminar de pillarlo. No porque sea complicado, sino porque tiene muchas mijitas y siempre algo se te queda atrás. Aun así a cambio y como viene siendo normal por estos lares, si que tenemos su partida ¿Nos irá bien? ¿Mal? Ahhhh ¡Tendréis que verlo!
En este juego de mesa si hay algo que os pueda resultar "cansino" es el montaje porque realmente el tablero lo vais a tener que crear intercalando los troqueles y las cartas. De todos modos es un juego de hablar, de modo que esto no debería ser un problema. Después de todo, parte del ocio también está en preparar las cosas, ¿no?
Comenzaremos repartiendo a cada jugador los elementos de su color. Luego el que hace de espíritu se coloca tras la pantalla y en el centro del tablero colocaremos una primera línea de sospechosos (tantos como jugadores), una siguiente de lugar y una siguiente de herramienta. Posteriormente, el jugador espíritu tendrá que asignar a cada jugador un sospechoso, un lugar y una herramienta distintas.
El turno de todos los jugadores es simultáneo y una vez tengan sus visiones, tendrán el tiempo del reloj de arena para colocar sus fichas en la carta que crean que es. Si aciertan, como os he comentado, pasan a la siguiente tanda. En caso contrario se quedan en ese nivel esperando la siguiente tanda de cartas de visión.
Durante la partida, el espíritu irá dando visiones (en forma de cartas) a los jugadores para que vayan averiguando por partes las cartas que se les han asignado. Conforme vayan adivinando, irán pasando al siguiente nivel para volver a adivinar cuál de las cartas es la que le corresponde.
Todo estaba preparado. Los maestros constructores ansiosos para empezar las construcciones y ganarse el prestigio y los favores reales de Felipe IV. Rojo y azul empezaban su andadura tanteando un poco a ver qué estrategia iba a emplear cada uno. El principio fue lento y más de recaudación de bienes que de buscar ampliar castillo. Se estaban estudiando.
La partida empezó con la clásica disputa de qué color llevaba quién. Varios de nosotros son fans del color rojo y eso conlleva alguna pequeña discusión graciosa. El juego consiste en ir colocando a nuestros trabajadores al lado de losetas de selva para ir haciendo las acciones que tienen en ellas. A la vez eso nos sirve para ir descubriendo más losetas e ir ampliando las posibilidades de ingreso.
Los intrépidos exploradores verdes empezaron muy veloces y rápidamente se consiguieron ubicar dos de ellos en una barca para zarpar lo antes posible de estas tierras inseguras. Mientras tanto los rojos y los amarillos trazaban planes a largo plazo para no ser devorados a las primeras de cambio. A medida que la isla iba inundándose, y las terribles criaturas marinas aparecían, los exploradores empezaron a sentir en sus carnes la crueldad del mar.
En esta ocasión vamos a jugar a un juego muy poco conocido. El funcionamiento se me antoja una variante del "Monopoly" simplificado, ya que una vez por vuelta (o más si tienes suerte con las cartas) pasas por Gringotts y cobras. En este juego no hay que comprar casas, pero sí material escolar y aquí llega la diferencia ¡no, no vas a cobrar al resto de jugadores por caer en el material escolar!