El objetivo del juego es ser los primeros en llegar al helicóptero de rescate. Si para ello tienes que putear a tus compañeros... ¡Hazlo! Ojo que también hay una manera secundaria de ganar que es matando un determinado número de zombis, así que atentos a vuestros contrincantes. Estamos ante una pequeña caja que dentro de lo poquito que ocupa, tiene mucho que esconder.
Si el personaje sale de la casa antes de que el detective llegue, ese jugador habrá ganado. Sin embargo, en caso de que muera en manos de una de las maquiavélicas trampas... se devuelve a la caja y se retira su carta del marco para ponerla en el sofá junto con la de la vieja. Al igual que antes, una nueva carta quedará descubierta en el marco.
Sólo podremos construir edificios que tengan como máximo una planta más que el más alto de los que estén en ese cuadrante. Por no hablar de que aquí la estética es muy importante, y si los edificios de la zona tienen los techos curvos, todos tendrán que tenerlos; y si son triangulares igual. Esto es muy peligroso porque hay que ser previsores: cada jugador construye en su propio panel el edificio que crea que luego vaya a poder colocar.
¿Qué pasa chavalería? Hoy os traigo un gameplay a dos jugadores de un juego de Rodrigo González, ilustrado por Israel Pato y que será editado por Holocubierta. Es un juego de cartas donde deberemos salvar al reino del ataque de hordas de orcos. Cada héore tiene su propio mazo de cartas que tendrás que dominar para hacerte con la victoria.
En este juego lo importante es la supremacía. Tanto es así que por distrito sólo puntuarán aquellos dos jugadores que hayan logrado sacar más puntos. El resto... Resulta importante saber que esas puntuaciones no se logran por el número de edificios, sino por el número de plantas que tengas en el lugar...
Un buen juego para hacer cuentas y con eso sin más azar que lo que decidan el resto de jugadores... ganar o perder. Cada jugador comienza con un panel en el que irá construyendo los edificios que tiene intención de colocar posteriormente en los distintos distritos. Además cuenta con cinco monedas que le permitirán hacer uno o varios pagos para ir reservando zonas.
Lo que más gracia hace en las primeras partidas a todo el que no lo conoce... ¡Es que el gachón del ordenador te insulta! A mí por otro lado, una cosa que me ha dejado alucinado es el tema de que en aquella época (1992) ya hubiera editoriales que pensaran en juegos que funcionasen bien tanto para varios jugadores, como para uno solo.
El turno de los jugadores viene a ser como el del juego clásico con unas pequeñas modificaciones y cuando llega el final del turno imperial está el añadido de que podemos mover la Estrella de la Muerte con las posibles consecuencias que eso pueda tener. Por otro lado en este juego también añaden que además de reclutar tropas, podamos pillar naves que nos den bonificaciones.
Para la vivencia del lado oscuro/luminoso de la fuerza el set up inicial siempre va a estar descompensado hacia el lado Imperial, al que le siguen los Rebeldes y por último los Hutt. Y cuando digo descompensado, digo descompesando: tanto en número de tropas, como en cantidad de planetas a ocupar al inicio.
Para variar, una vez hemos extendido el tablero, toca colocar las tropas sobre él. El problema está en que como ya os he comentado el juego tiene dos modalidades y cada una de ellas tiene su propia preparación inicial. Es más... para la versión starwarniana, según el número de jugadores también varía. ¡Qué fácil eh! La verdad es que sí lo es porque tan sólo hay que fijarse en una tabla.
De todo quizás lo que menos pueda parecer que encaje son precisamente los Hutt. En parte es así, pero la verdad es que te da igual porque van perfectos en el juego. Los imperiales van a estar centrados en aniquilar a los Rebeldes, estos a su vez en encontrar al emperador Palpatine para matarlo. Y en medio de todo este jaleo, una gota de delicioso caos: los Hutt.
Lo normal sería decir que el juego era una caquita prehistórica. La realidad es que si bien las partidas empiezan siéndolo... una vez pongáis al primer personaje en el puente eso se acaba. En ese punto empiezan las risas, los deseos malvados de que el personaje contrario se caiga, el rezar para que tu pringado no tire la maldita joya al volver del templo,... Aunque no os lo creáis... ¡Os vais a descojonar!
Ábrete camino desde el campamento base de la Alianza Rebelde hacia la Estrella de la Muerte del Imperio Galáctico, donde Darth Vader tiene prisionera a la princesa Leia. Mientras avanzas hacia ella, dispara torpedos desde tu X-Wing para derribar a los defensores de la Fuerza Imperial. El primer jugador que logre rescatar a la Princesa, destruya la Estrella y mande a Vader al espacio, gana la partida...
Eres un influyente barón que prospera en los límites del imperio. Recluta ejércitos de caballeros para expandirte a tierras más fértiles. Protege tus fronteras construyendo impresionantes ciudades y fortalezas inconquistables. Demuestra tu supremacía, alardea de tu poder y conviértete en rey.
El arte es estupendo y aparentemente el cartón es de buena calidad. Estamos ante un juego en el que el objetivo es conseguir más puntos que nadie. No será fácil, pero la recompensa lo merece: ser el rey. Una vez creamos el mapa (que cambia en cada partida) cada jugador va colocando sus unidades iniciales por el tablero procurando que estén colindantes a los lagos ya que esto nos dará cierta ventaja.
Estamos ante un juego con el que el mero hecho de darle una visual ya va a suponer una delicia total para muchos de nosotros. Y es que le han dado ese aire ochentero típico de cualquier videojuego de carreras de nuestra infancia. Eso sí, tratado con mucho mimo y si no... fijaos en ese sanote Toro de Osborne. Por otro lado incluso los dados tienen el adorado toque pixelado.
Nunca hubiera dicho que tener fichas de distinta tonalidad para un mismo jugador pudiera ser una ventaja. Lo cierto es que cuando abrí la caja desde el total desconocimiento pensé: ¿Porque todos los edificios tenían un color, pero los caballeros tienen otro? Por suerte el tiempo aunque no hayan pasado lustros, trae la sabiduría...
En una nublada tarde de otoño cinco viejos amigos se reúnen en el reservado de uno de los clubes más privados y antiguos de las ciudad. Todos habían acudido allí desde los más recónditos lugares del globo para encontrase en esa fecha preciosa, el 2 de octubre de 1900. Estamos de suerte con este juego porque prácticamente viene ya listo para jugar nada más abres la caja.
Si algo tiene de malo este juego es que nos llega en una caja que no guarda similitud de medidas con ninguna otra de las que tengo... así que no tengo ni idea de cómo lo guardaré en mi ludoteca. El cartón aparenta bueno y el arte sobrio encaja perfectamente con la edición ¡Es precioso! Al abrir la caja descubrimos un cuidado inserto en el que la única pega... será si queremos enfundar las cartas...
Sólo había un problema: el precio se me antojaba excesivo para un juego que me generaba muchísimas dudas. Siempre digo que tiempo al tiempo y... en esta ocasión volví a tener razón: una muy buena oferta hizo que terminase cayendo y no me arrepiento. Buenos materiales, mejor juego y muchas horas de diversión por delante.
No es un mal juego, pero siento repetir que el problema que tiene reside en su libro de instrucciones. Si mal no recuerdo, cuando publiqué los vídeos sobre él, desde la editorial me comentaron que estaban trabajando para mejorar el manual. Pero ignoro si habrá cambiado algo o no desde entonces.
Sumérgete en la Segunda Guerra Mundial y pelea por el control de los océanos recreando grandes batallas navales. Toma el control de un barco militar de la época: submarino, destructor o portaaviones; todos distintos entre sí, y gestiona a los tripulantes de tu navío para ser el capitán más eficaz y así derrotar los barcos enemigos.
A un pernicioso robot armado hay que destruirlo. Pero antes de luchar con él, tienes que sobrevolar peligrosos blancos enemigos, salvar obstáculos y librar feroces combates con otros aviones ¿Volverás victorioso? La versión hogareña del juego de las máquinas recreativas. Cada equipo parte de su base con dos aviones y por medio de tiradas de dados y ruletas tendrán que ir destruyendo pañoles, torretas, bidones e ir atravesando los muros que separan las distintas "fases" del juego.
Todos los componentes llegan en una caja quizás demasiado grande para mi gusto, teniendo en cuenta las pocas cosas que contiene. Eso sí, al menos lleva un inserto. Estamos ante un juego de los que han envejecido regular. Al ver el arte y los componentes uno se espera una pasada de juego. No diré que sea malo, pero tampoco es bueno.