Llevaba tiempo queriendo grabar una partida de la modalidad solitario de este juego. Lo que no pensaba es que al final de la partida... se me fuese a ocurrir así de pronto lo que podría ser el nuevo reto youtuber del año... Yo no he sido capaz de superarlo hasta hoy. Quizás hoy sí... pero para descubrirlo tendrás que ver el vídeo.
Volvemos de nuevo por estos lares a hablar de un juego que no es mío y que por eso, como es habitual en las ocasiones en las que un amigo se viene con su juego a grabar, no os voy a dejar ni unboxing, ni tutorial. Aunque tampoco creo que haga mucha falta ni lo uno ni lo otro puesto que es del 2004 y por un lado son sólo cartas y por otro... con el gameplay os va a quedar más que claro el funcionamiento del mismo.
Conforme nos vayamos desplazando por los distintos edificios, podremos ir explorándolos y consiguiente botiquines y otros elementos que nos serán de utilidad. Ojo, porque sólo podremos transportar aquellos con los que realmente nuestro personaje pueda cargar. Si excede su espacio de carga... por mucho que lo quieras, tendrás que abandonarlo.
A lo largo de la partida los jugadores (tengan el objetivo que tengan) tendrán un nivel de estamina propio a su personaje, lo que traducido al mundano no es otra cosa que puntos de acción. Es cierto que hay cosas que no requieren de ellos, pero lo que realmente importa sí: mover, atacar, explorar... Iremos sufriendo ataques que pueden hacer mucho más que fastidiar.
Este es otro de esos juegos del que podría pensarse que no merece la pena dar una opinión porque es conocido por todos. Pero lo cierto es que si bien es verdad que todos lo conocemos de oídas... pocos hemos llegado a jugarlo o verlo en funcionamiento. De hecho, promete más cuando lo imaginas que cuando lo juegas.
El objetivo del juego es ser los primeros en llegar al helicóptero de rescate. Si para ello tienes que putear a tus compañeros... ¡Hazlo! Ojo que también hay una manera secundaria de ganar que es matando un determinado número de zombis, así que atentos a vuestros contrincantes. Estamos ante una pequeña caja que dentro de lo poquito que ocupa, tiene mucho que esconder.
Si el personaje sale de la casa antes de que el detective llegue, ese jugador habrá ganado. Sin embargo, en caso de que muera en manos de una de las maquiavélicas trampas... se devuelve a la caja y se retira su carta del marco para ponerla en el sofá junto con la de la vieja. Al igual que antes, una nueva carta quedará descubierta en el marco.
Sólo podremos construir edificios que tengan como máximo una planta más que el más alto de los que estén en ese cuadrante. Por no hablar de que aquí la estética es muy importante, y si los edificios de la zona tienen los techos curvos, todos tendrán que tenerlos; y si son triangulares igual. Esto es muy peligroso porque hay que ser previsores: cada jugador construye en su propio panel el edificio que crea que luego vaya a poder colocar.
¿Qué pasa chavalería? Hoy os traigo un gameplay a dos jugadores de un juego de Rodrigo González, ilustrado por Israel Pato y que será editado por Holocubierta. Es un juego de cartas donde deberemos salvar al reino del ataque de hordas de orcos. Cada héore tiene su propio mazo de cartas que tendrás que dominar para hacerte con la victoria.
En este juego lo importante es la supremacía. Tanto es así que por distrito sólo puntuarán aquellos dos jugadores que hayan logrado sacar más puntos. El resto... Resulta importante saber que esas puntuaciones no se logran por el número de edificios, sino por el número de plantas que tengas en el lugar...
Un buen juego para hacer cuentas y con eso sin más azar que lo que decidan el resto de jugadores... ganar o perder. Cada jugador comienza con un panel en el que irá construyendo los edificios que tiene intención de colocar posteriormente en los distintos distritos. Además cuenta con cinco monedas que le permitirán hacer uno o varios pagos para ir reservando zonas.
Lo que más gracia hace en las primeras partidas a todo el que no lo conoce... ¡Es que el gachón del ordenador te insulta! A mí por otro lado, una cosa que me ha dejado alucinado es el tema de que en aquella época (1992) ya hubiera editoriales que pensaran en juegos que funcionasen bien tanto para varios jugadores, como para uno solo.
El turno de los jugadores viene a ser como el del juego clásico con unas pequeñas modificaciones y cuando llega el final del turno imperial está el añadido de que podemos mover la Estrella de la Muerte con las posibles consecuencias que eso pueda tener. Por otro lado en este juego también añaden que además de reclutar tropas, podamos pillar naves que nos den bonificaciones.
Para la vivencia del lado oscuro/luminoso de la fuerza el set up inicial siempre va a estar descompensado hacia el lado Imperial, al que le siguen los Rebeldes y por último los Hutt. Y cuando digo descompensado, digo descompesando: tanto en número de tropas, como en cantidad de planetas a ocupar al inicio.
Para variar, una vez hemos extendido el tablero, toca colocar las tropas sobre él. El problema está en que como ya os he comentado el juego tiene dos modalidades y cada una de ellas tiene su propia preparación inicial. Es más... para la versión starwarniana, según el número de jugadores también varía. ¡Qué fácil eh! La verdad es que sí lo es porque tan sólo hay que fijarse en una tabla.
De todo quizás lo que menos pueda parecer que encaje son precisamente los Hutt. En parte es así, pero la verdad es que te da igual porque van perfectos en el juego. Los imperiales van a estar centrados en aniquilar a los Rebeldes, estos a su vez en encontrar al emperador Palpatine para matarlo. Y en medio de todo este jaleo, una gota de delicioso caos: los Hutt.
Lo normal sería decir que el juego era una caquita prehistórica. La realidad es que si bien las partidas empiezan siéndolo... una vez pongáis al primer personaje en el puente eso se acaba. En ese punto empiezan las risas, los deseos malvados de que el personaje contrario se caiga, el rezar para que tu pringado no tire la maldita joya al volver del templo,... Aunque no os lo creáis... ¡Os vais a descojonar!
Ábrete camino desde el campamento base de la Alianza Rebelde hacia la Estrella de la Muerte del Imperio Galáctico, donde Darth Vader tiene prisionera a la princesa Leia. Mientras avanzas hacia ella, dispara torpedos desde tu X-Wing para derribar a los defensores de la Fuerza Imperial. El primer jugador que logre rescatar a la Princesa, destruya la Estrella y mande a Vader al espacio, gana la partida...
Eres un influyente barón que prospera en los límites del imperio. Recluta ejércitos de caballeros para expandirte a tierras más fértiles. Protege tus fronteras construyendo impresionantes ciudades y fortalezas inconquistables. Demuestra tu supremacía, alardea de tu poder y conviértete en rey.
El arte es estupendo y aparentemente el cartón es de buena calidad. Estamos ante un juego en el que el objetivo es conseguir más puntos que nadie. No será fácil, pero la recompensa lo merece: ser el rey. Una vez creamos el mapa (que cambia en cada partida) cada jugador va colocando sus unidades iniciales por el tablero procurando que estén colindantes a los lagos ya que esto nos dará cierta ventaja.
Estamos ante un juego con el que el mero hecho de darle una visual ya va a suponer una delicia total para muchos de nosotros. Y es que le han dado ese aire ochentero típico de cualquier videojuego de carreras de nuestra infancia. Eso sí, tratado con mucho mimo y si no... fijaos en ese sanote Toro de Osborne. Por otro lado incluso los dados tienen el adorado toque pixelado.
Nunca hubiera dicho que tener fichas de distinta tonalidad para un mismo jugador pudiera ser una ventaja. Lo cierto es que cuando abrí la caja desde el total desconocimiento pensé: ¿Porque todos los edificios tenían un color, pero los caballeros tienen otro? Por suerte el tiempo aunque no hayan pasado lustros, trae la sabiduría...
En una nublada tarde de otoño cinco viejos amigos se reúnen en el reservado de uno de los clubes más privados y antiguos de las ciudad. Todos habían acudido allí desde los más recónditos lugares del globo para encontrase en esa fecha preciosa, el 2 de octubre de 1900. Estamos de suerte con este juego porque prácticamente viene ya listo para jugar nada más abres la caja.
Si algo tiene de malo este juego es que nos llega en una caja que no guarda similitud de medidas con ninguna otra de las que tengo... así que no tengo ni idea de cómo lo guardaré en mi ludoteca. El cartón aparenta bueno y el arte sobrio encaja perfectamente con la edición ¡Es precioso! Al abrir la caja descubrimos un cuidado inserto en el que la única pega... será si queremos enfundar las cartas...