Cada jugador asumirá el mando de una de las grandes polis de la antigua Grecia: Esparta, Atenas, Corinto, Tebas y Argos. ¿El objetivo? Ser la primera facción en construir dos metrópolis y demostrar así la supremacía tanto militar como cultural. Para lograr hacerse con una metrópolis, primero hay que adquirir los cuatro edificios que le dan forma y canjearlos por la deseada estructura.
El género 4X (exploración, expansión, explotación y exterminio, que dicen por ahí) no es ya lo que fue en su momento, pero no hace mucho el "empiezas en un planetita y vas mejorando hasta conquistar una galaxia extrañamente bidimensional" fue todo un fenómeno, con monstruos como "Twilight Imperium III" o" Eclipse".
Los componentes son en general de muy buena factura, y se agradece, pues es un juego realmente de pocos componentes. Así que más mérito lucir tan bien en mesa con lo poquito que trae la caja. Los jugadores hacemos de buscatesoros que van viajando (y saqueando) por diferentes mundos o planetas, como te dé más coraje.
En este juego interpretamos el papel de unos... ¿dioses? Sí, creo que son dioses. O magos. O lo que sea, da igual. La cosa es que tenemos un mazo de cartas con criaturas campeones y hechizos eventos y los jugamos para atacar al oponente y dejarle sin puntos de vida. Sí, ya sé lo que estáis pensando. Y tenéis razón.
Es un juego destinado al público infantil, y las ilustraciones de la caja y las cartas no dejan lugar a duda. Luego abrimos la caja y vemos el tocho del libreto de reglas y nos da un parrús, hasta que nos damos cuenta de que han usado el mismo libreto para plantarnos reglas en seis idiomas: español, catalán, inglés, francés e italiano; así que el susto se nos pasa un poquito.
Los juegos de pasar cartas siempre tienen un puntito especial. Ya sea como preludio a la partida, a lo "Magic: The Gathering ", o como mecanismo central del juego, como en el ligerísimo pero muy divertido "Sushi Go!", el puntito de escoger qué carta te conviene más o pensar cuál es la que quieres quitarle al oponente nos lleva a esos momentos en los que nos invitaban a un cumple, se rompía la piñata y nos lanzábamos como salvajes a por las chuches.
Una adaptación de "Aviador loco": un famoso juego de destreza para niños en el cual intentamos proteger a nuestros pollos (fichas) de un piloto de avioneta, cuyo único propósito en la vida es robárnoslos. Cambia al piloto por Chewie (montado sobre el Halcón Milenario), a los pollos por Stormtroopers y reduce el número de jugadores de cuatro a tres.
¿Otro juego de mazmorras más? Bueno, no exactamente. Sí, es un juego de mazmorras, pero también fue uno de los primeros en explotar el nicho de "mogollón de plástico e hínchate a tirar dados"; lo que pasa es que el estudio que lo creó decidió irse a vivir su vida al no estar del todo contentos con cómo el ahora gigante estaba manejando las cosas por su lado del negocio.
Quizá no os suene este juego y quizá no llegue a estar nunca en el top, pero en mi caso en particular, se ha convertido en la sorpresa... Veamos por qué. En este juego explotamos una empresa minera en el oeste americano. Para ello debemos explorar el territorio y conseguir recursos, que nos permitirán avanzar en el track de puntuación y conseguir así la victoria.
Tengo que hacer una confesión: a veces, cuando pruebo un juego y lo veo insulso, falto de originalidad y perezoso en su diseño me vengo arriba y quizá lo critique con demasiada vehemencia. Lo cual es bueno hasta cierto punto porque así os prevengo de gastaros el dinero en productos que no os van a aportar nada, pero tiene como desventaja que luego no sé muy bien cómo afrontar los momentos en los que me encuentro con auténtica basura como este juego.
Somos los monos más habilidosos, elegidos por el antiguo rey de la Montaña de los Monos, jugando al juego de los monos, de encestar cocos, para decidir quién gobernará el lugar. En cada turno un jugador tira un coco: si encesta en un vaso amarillo, se lo lleva y lo coloca en su tablero; si lo hace en uno rojo igual, pero puede volver a tirar.
Se trata de construir edificios (las cartas) que nos darán habilidades y puntos durante tres rondas, puntuando al final de cada una de ellas y recogiendo las cartas jugadas para volver a empezar tras cada puntuación. Verdaderamente muy simple, muy poquita cosa, pero terminas estrujándote el cerebro cada turno para decidir que carta quedarte y cuales pasar al adversario. Genial en su sencillez.
Éste es el secreto que nadie cuenta, a nadie le gusta en realidad "7 Wonders". Pero se ha dicho tantas veces que es un juego estupendísimo para mucha gente y que no tiene entreturno y que patatín y patatán que nos autoconvencemos de que un juego que a cuatro va bastante bien, no vamos a ponerlo todo negro, sirve para siete sólo porque lo dice en la caja.
Cuando digo que me gustan los juegos con temas interesantes, nunca falta el que sale con aquello de "claro, a jugar con orcos y magos en mazmorras". Y no es así, ni mucho menos. De hecho, hoy en día la saturación de juegos tipo "héroes que bajan a una mazmorra a matar bichos" o "magos que se baten en duelo con conjuros" en el mercado hace que cada vez que sale otro más me dé un perezón terrible.
En este juego los jugadores se meterán en la piel de jóvenes magos que van a graduarse, pero hay que saber quién de ellos es el primero de su promoción. Para ello se celebra la conocida prueba final en el coliseo, la prueba consiste en reunirlos a todos y enfrentarlos, de ese modo el mago más hábil saldrá victorioso.
Es un juego de combate táctico en el cual intentaremos matar al Planeswalker (mago) del oponente. En cada partida, los jugadores recibirán un conjunto de miniaturas correspondientes a sus Planeswalkers así como a un séquito de criaturas esperando a ser invocadas al tablero para despedazar al enemigo. Además, recibirán cartas que cumplirán diferentes funciones.
La mecánica es simple, cada jugador debe escoger dos razas para armar un deck, una vez hecho esto, deben revelar bases de acuerdo al número de jugadores más uno. Cada turno solo tendrán que bajar un minion y/o una acción, el que llegue primero a quince puntos es el ganador. El arte es hermoso ya que hay muchos artistas que colaboran en este juego.
A la hora de publicar un juego de mesa, hay que tener bien claro cuáles son tus objetivos y tu público. ¿Quieres atraer a los estrategas más experimentados? Procura ofrecerles un reto a la altura. ¿Vas a por los fanáticos de la temática? Cuida el aspecto y la inmersión. ¿Tratas de enganchar a un público casual? Intenta que tu juego se parezca lo más posible a éste.
Los jugadores toman el papel de maestros de obras, que cuentan con seis trabajadores, recursos y algo de dinero. Éstos serán los encargados de hacer crecer la ciudad y de ir construyendo al castillo a lo largo de las rondas. El juego contiene un tablero que representa la ciudad donde vamos a ir colocando nuestros trabajadores para ir aumentando el pueblo e ir haciendo crecer el castillo.
Francia, siglo XIX. Los dueños de una vieja posada rural luchan por sobrevivir y se dan cuenta de un pequeño detalle: los viajeros que pasan la noche allí llevan mucho más dinero en los bolsillos que las tristes monedas con las que pagan por su habitación así que, ¿y si no se fueran nunca? Así que esto es lo que vamos a intentar hacer en este juego.
Como buenos exploradores que somos, vamos a intentar atrapar al mayor número de estos raros animales para ganar fama, reputación y ¡puntos de victoria! Gastaremos recursos para movernos por el tablero (un par de cubitos del color de la nueva localización) para intentar rodear y dar caza a las fichas de los distintos animales. Hay cinco tipos de animales diferentes.
Miniaturas. Vikingos. Mayorías. ¿Y esperábais que no acabara apareciendo por aquí? En fin. Que sí, que efectivamente este juego es tan bueno como cuentan, quizá incluso mejor; podría decir que estoy estropeando la sorpresa pero ya nos conocemos y sabíais que me iba a flipar. Ahora lo que voy a hacer es contaros exactamente por qué.
Su arte caricaturesco y esas dianas no engañan. Si creíais que no quedaba nada por inventar para hacer un juego de mazmorras, estábais equivocados. Este juego ha venido para quedarse en los partys mas recomendados. Los jugadores son un grupo de aventureros que se adentran en una mazmorra con el objetivo de matar al malo malísimo monstruo final.
De crío me encantaba la lucha libre, o presincach, como se llamaba por aquel entonces: gordacos vestidos de colores chillones haciendo como que pelean, todo con mucha parafernalia detrás y mucho jaleo de backstage con enemigos acérrimos que luego se van a tomar cañas por ahí, sin tener siquiera el detalle de dejarle una nota en el locker a Hulk Hogan para que se enterara de qué iba la vaina.