Nuestro objetivo será el de conseguir alzarnos con el dominio de la ciudad en una lucha constante mediante nuestros capos y secuaces contra las demás familias para tomar el control de los negocios y barrios emblemáticos de Nueva York. Pero lograr nuestro objetivo de ser la familia más poderosa de todas no será fácil.
Éste es un juego sólo apto para valientes piratas que estén dispuestos a perderlo casi todo, por un buen barco que gobernar. Y es que éste es uno de esos juegos cuya mecánica más atractiva es el "push your luck". Vamos a verlo. Este juego va de piratas. De piratas que tienen que ir cada día al puerto para ver qué se cuece. Porque para conseguir ganar, tendemos que realizar expediciones.
En este juego nuestro objetivo es construir un reino potente, con un puerto para que atraquen los barcos, con castillos, con granjas llenas de animalillos,... Haciendo ésto iremos ganando puntos de victoria durante toda la partida. El que más puntos tenga al final, será el ganador. El juego está compuesto por un tablero común donde están localizadas las losetas que podremos ir adquiriendo y un tablero individual.
Es un eurogame de gestión de recursos y gestión de movimientos y trabajadores salido el pasado año y premiado con el Kennerspiel des Jahres. En el fondo es un euro bastante clásico en el que la eficacia en la administración de todos los recursos es la clave para la victoria, y como novedad aporta un tablero modular sobre el que nos movemos como lo hacemos en un mancala.
Hoy en día los juegos de construcción de mazos nos salen por las orejas, hasta el punto en que lo original es ver un juego que no tenga ese componente. Sin embargo, hace unos años ese mecanismo era un desconocido hasta que Donald X. Vaccarino, después de horas y horas de jugar a "Magic: El Encuentro", pensó: "cómo me mola esto de construir mazos".
Buscar financiación, excavar, exponer en el museo, despertar el interés de la gente y vender entradas... En este juego no delegas, te conviertes en un arqueólogo multidisciplinar con más trabajo que el callista de un hobbit. Tú te lo guisas, tú te lo comes. ¡Vamos a ello! Va básicamente de ser mejor arqueólogo que el resto y de saber gestionar bien tu museo.
"Scrabble" es uno de los grandes clásicos de los juegos de mesa modernos, y una excelente puerta de entrada al mundillo teniendo en cuenta que muy poca gente no ha jugado nunca a él, ya sea en mesa o en versión para móviles. Sin embargo, no es un juego perfecto, puesto que tiene un problema bastante gordo: una vez has jugado contra alguien que se ha estudiado un diccionario para memorizar la mayor cantidad de palabras de dos y tres letras posible, le coges un ascazo terrible.
No tiene nada del otro mundo, no tiene un tema que se pueda decir "integrado" en las mecánicas, no tiene una portada espectacular ni suele llamar la atención... pero es este juego. Y con eso queda dicho "casi todo". De lo que se trata es de ganar más puntos que el contrario construyendo una ciudad medieval y colocando a tus seguidores en ella.
Dicen los expertos en catástrofes que, si hubiera un apocalipsis nuclear que dejara la Tierra inhabitable y desolada, cuando el humo de los incendios y las explosiones se disipara, al final, entre las ruinas, sólo quedaría este juego. Algunos juegos de mesa habrían muerto instantáneamente al lanzarse las primeras bombas. Otros habrían ido desapareciendo poco a poco.
¿Os acordáis de cuando "juego basado en la serie X" significaba "basura para vender en grandes superficies"? Los primeros en romper ese tabú fueron Fantasy Flight Games con su "Battlestar Galactica", y poco a poco hemos ido viendo cómo algunas compañías de juegos se interesaban no sólo en conseguir una licencia potente, sino en contratar a un diseñador de verdad.
Campos de arroz, yelmos y budas... Podrían ser vacas, cerdos y gallinas. Pero... ¡da igual! ¡Qué gran juego! El objetivo del juego es conseguir la mayoría de piezas del un mismo tipo. Si consigues la mayoría de dos o tres tipos, ganas automáticamente la partida. Si no consigues la victoria automática, entonces habrá que desempatar.
Vamos manito, ¡apúrale! Me enteré de que en el rancho de Tamaulipas venden unas reses de puritica rasa... ¡Vamos a echarles el lazo no más! Somos un grupo de gauchos que lucha por llegar a ser los más ricos de toda Argentina. Para ello, llevaremos a cabo una serie de rodeos representados por las tiradas de dados en el corralito.
En 2009, allá por la prehistoria, Justin De Witt publicó "Castle Panic", un juego cooperativo simplote pero resultón al estilo "tower defense" en el que los jugadores tenían que hacer frente a hordas de trasgos, orcos, trolls y demás gentuza y evitar que llegaran al centro del tablero y destruyeran el castillo. Si bien no llegó a los niveles de "Pandemic" ni de "La Isla Prohibida", el juego tuvo como mínimo el éxito suficiente para justificar una expansión.
Así me quedé después de mi primera partida a este juego. Y es que la madre que los parió: en muy pocos juegos he tenido, al terminar, una sensación de agotamiento mental tan intensa como con la última criatura de Czech Games Edition, y la primera (primera, que ahí lo llevas) de Matúš Kotry. Pero claro, alguna pista daba ya desde el principio.
Escondido en las profundidades del infierno, Wu- Feng no ha olvidado nada. Su incesante búsqueda ha dado fruto y ha localizado el receptáculo. La sombra de su antigua encarnación ya se extiende sobre los habitantes del pueblo, que no son conscientes del peligro que se cierne sobre ellos. No hay tiempo que perder. Somos monjes taoístas y nuestra misión es exorcizar a todo fantasma que se ponga en nuestro camino.
¡Pata de pollo al caldero! ¡Puntita de mandrágora, al caldero! Seta morada de los bosques... ¡al caldero! ¿Y qué obtenemos? La poción perfecta para pasar un rato de lo mas divertido con este juego. Quiero empezar diciendo que éste es uno de los juegos que mas me ha sorprendido desde que empecé en esto de los juegos de mesa.
Un juego para tres a cinco jugadores, los cuales se pondrán en la piel de cultistas que luchan entre sus sectas para ser ellos los que dominen la ciudad de Kingsport gracias a la ayuda de los dioses primigenios. A lo largo de la partida los jugadores deberán expandirse por la ciudad para aumentar su dominio en ella, pero un pequeño grupo de investigadores se encargará de intentar impedirles sus planes.
¡Que viene el emperador! ¡Hagamos algo grande! ¡Convoquemos a los mejores arquitectos del reino para construir las tres mejores pagodas que se hayan visto en el mundo! Es un juego para dos jugadores competitivo y al mismo tiempo colaborativo. Pero no es el estilo de juego colaborativo que podéis estar pensando...
Casi no llego a reseñar este juego. Aparte de ciertos problemillas con la distribución del juego, pero que Rodrigo salvó para hacerme llegar una copia porque, pobrecico, no sabía a lo que se exponía, he encontrado gestos torcidos cada vez que lo proponía. Era ver tanta carta, tanto dado y oírme hablar de sucesos aleatorios y de repente a todo el mundo le surgía algo importantísimo que hacer en cualquier parte que no fuera la mesa.
Qué perezón me ha dado ver este juego en la lista de novedades. Dicen de Cthulhu, de los zombis y de los comerciantes renacentistas, pero los "estos bichos quieren ser tus amigos y tienes que cogerlos muy deprisa cuando salen en la carta" no se quedan atrás precisamente. Pero como os quiero mucho y, además, siempre está el tema de la curiosidad a ver si realmente el enésimo de estos juegos aporta alguna cosilla nueva.
Cada turno comienza con los jugadores tirando sus dados, que presentan diferentes símbolos que se corresponden con las posibles acciones del juego: obtener nuevas losetas de planeta o tecnología, colonizar esos planetas, desarrollar las tecnologías, producir mercancías en nuestros planetas y, por último, vender dichas mercancías para obtener dinero y/o puntos de victoria.
Hay un motivo (bueno, hay varios, pero éste es uno de ellos) por el que "Los Castillos de Borgoña" hay que comprarlo de importación mientras que juegos como "Munchkin" siguen petándolo expansión tras expansión: a los españoles nos encanta hacernos la puñeta entre nosotros. Por eso no es raro que "Saboteur" haya sido uno de los pocos juegos que han aguantado más de diez años en las estanterías de las tiendas.
Podría decir que, como crítico comprometido con mis lectores, anduve buscando durante meses una joya entre el fango que no haya tenido tanto éxito como mereciera, o que hubo algo en la descripción del juego que me llamó poderosamente la atención, o que en mi afán completista éste era uno de los pocos juegos de 2014 que me quedaban por probar.
Cada jugador es un mago que participa en el famosísimo torneo de las estaciones donde cada mago hace sus mejores trucos para conseguir el mayor número de puntos de victoria. Los componentes, en su gran mayoría son para mí una maravilla. Los dados nos proporcionarán fichas de energía, poder de invocación, cristales, cartas y la posibilidad de cristalizar.