Éste es un juego de tablero y cartas para dos a cuatro jugadores en el que nos tocará representar uno de los oportunistas, que aprovechan la ausencia del patricio para intentar quitarle el puesto. Para cumplir con estos objetivos, tendremos una mano de cartas que iremos reponiendo.
¿Quién no ha jugado alguna vez a Hombre-Lobo y sus múltiples variantes? Es el juego de roles ocultos por excelencia, y por un motivo: es muy sencillo de explicar, puede jugar un número muy grande de personas al mismo tiempo y, sobre todo, no hace falta gastarse un porrón de dinero para jugar, sino que con una baraja de cartas francesa o española, o incluso con papel y lápiz, ya puedes estar organizando linchamientos y temiendo asesinatos nocturnos.
No tenía muchas expectativas respecto de este juego, quizá por eso mismo resultó toda una sorpresa. Los que hayáis visto la película Ratatouille, de Pixar, recordaréis el momento de regresión a la infancia del avinagrado crítico gastronómico en su visita al restaurante. Pues algo así me ha pasado a mi al probar este juego.
Se convierte en un magnifico juego para toda la familia. De pequeño recuerdos largas horas jugando con mi hermano a buscar parejas en una cuadricula de veinte por veinte, creerme que por esa epoca hubiese matado por tener este juego en mis manos, porque me lo habría pasado genial. Una de las virtudes de este juego son sus modos de juego.
El tablero está dividido en provincias y debemos dominarlas situando en ellas más seguidores nuestros que los demás. Pero en realidad solo nos interesarán tres provincias, las que resulten más influyentes, que son las que nos otorgarán fichas de puntuación al final del turno. Claro, el nivel de influencia de cada provincia irá variando durante la partida.
Un sencillo juego de cartas con mecánicas de subasta y construcción de edificios. En él encarnamos a un lanista de la antigua Roma que competirá con sus rivales para ver cuáles de sus gladiadores alcanzan la gloria en la arena. El objetivo principal del juego es llegar a un número determinado de puntos de gloria antes que nuestros rivales, gloria que ganaremos al resultar vencedores nuestros gladiadores.
A estas alturas no voy a sorprender a nadie si digo que es muy difícil que un juego de escuela europea me atraiga: a mí eso de mover cubitos de un lado a otro y hacer cálculos en silencio no me va demasiado. Sin embargo, hay cosas que me pueden llamar a jugar un juego de este estilo: si el tema me parece interesante, eso ya es un punto a favor.
Para mí es el típico juego que, una vez palpados los componentes, piensas "debe valer X", y después te sorprendes gratamente al comprobar que vale unos cuantos euros menos. Volviendo a los componentes: un tablero rectangular; moneditas de cartón, cinco dados de colores, los carismáticos camellos,... Aunque el componente estrella del juego no es otro que el de la pirámide.
La II Guerra Mundial todavía se está desarrollando. Tras ocho años de guerra, los bandos han pasado a ser tres: Aliados, Eje y Unión Sinosoviética. Tras el misterioso hallazgo del novedoso mineral VK, los conflictos se han centrado sobre todo en el control del mismo. Este nuevo mineral ha permitido los avances tecnológicos necesarios para desarrollar todo tipo de armas y vehículos.
Somos dos arqueólogos en la selva de Centroamérica, ante las ruinas de las pirámides del Jaguar, enfrentados por la forma de reconstruirlas. Competiremos por hacerlo antes que nuestro rival, siguiendo el método de construcción más fiel al original. A excepción de las reglas, no hay ningún texto dentro del juego.
Los jugadores compiten entre sí para aumentar la influencia de Venecia en el Mediterráneo y su prestigio particular dentro de la ciudad. Para ello los jugadores eligen cada turno un dado de entre los disponibles que indica el tipo y el número de acciones que puede realizar ese turno, básicamente colocar cubos de influencia en mares y ciudades del Mediterráneo.
Una cadena de hamburguesas compite contra otra de pizzas por ser la más exitosa en el mundo de la comida rápida. No importa el idioma ya que no tiene más texto que las reglas. Mecánica sencilla, con ejemplos, y partidas de una media hora. Para dos jugadores, a partir de diez años.
Tiempo ha, allá por los años 70, Gary Gygax y Dave Arneson decidieron darle un poquito más de chispa a sus partidas de juegos de guerra con miniaturas, cambiando la ambientación histórica por un batiburrillo de fantasía y reduciendo la escala de manera que cada jugador, en lugar de todo un ejército, controlaba únicamente a un personaje.
Antes de nada, tengo que hacer una confesión: no me interesa especialmente la historia militar, así que no puedo decir nada en cuanto al rigor histórico o la atención a los detalles del juego; y en lugar de eso me voy a centrar en ver cómo funciona precisamente eso, como juego. Una vez dejado este tema claro, vamos al lío. Yo había jugado hace mucho a la edición original.
Están escapando una detrás de otra y recuperarlas, no será tarea fácil. Han aprendido a usar las rejillas de ventilación para atajar camino y las salas de mutación para cambiar su aspecto y despistar a sus captores, con lo que, la pinta que tienen cuando escapan, puede no tener nada que ver con su apariencia final.
Cada jugador, en su turno, puede colocar tantos bloques como quiera, siempre que esté en contacto con otros bloques, en una misma línea y coincidiendo en color o en forma (sin repetir) con los adyacentes. Cada bloque colocado y sus adyacentes darán puntos. Si al colocar se completa la serie de seis colores o seis formas diferentes, se hace "Qwirkle".
Es un juego abstracto de colocación de losetas con unas reglas muy sencillas. Tenemos cinco losetas ocultas en la mano y cada turno tendremos que colocar una en la zona de juego formando filas y columnas junto a las losetas ya colocadas. Hay ocho tipos distintos de loseta que representan a otros tantos personajes, cada uno con un valor numérico y unas habilidades especiales.
Los juegos sociales son un territorio muy curioso: por un lado, es un campo en el que se admite, incluso se celebra, la novedad y la originalidad por encima de unas reglas sólidas; pero, por el otro, es muy fácil caer en la rutina y publicar una enésima versión de "Manzanas con Manzanas". Por eso, cuando un juego social se cuela entre las listas de títulos más "serios" y acaba siendo nominado al Spiel des Jahres suele picar la curiosidad.
¿Habéis estado alguna vez media hora a solas con otra persona? Media hora es muy poco tiempo para sacar un "Sombras sobre Londres" y, por alguna extraña razón no a todo el mundo le gusta "Magic: El Encuentro". Así que es muy normal quedarse bloqueado en esas ocasiones. Por suerte, existe todo un rango de juegos diseñados precisamente para eso.
Han robado cinco reliquias de cinco famosos lugares de Londres y, como detectives, competimos por reunir testigos y pruebas que nos ayuden a resolver los casos. Por turnos, usaremos cartas de testigo para reclamar cartas de prueba (descartando el número y tipo de cartas indicado en la carta) o destruirlas (descartando dos cartas idénticas y reclamando la carta superior).
Lo primero que llama la atención es el gran tamaño de la caja. Es bastante más grande que la de la edición normal. El aspecto con el fondo negro es bastante más serio y tiene una nueva ilustración de portada, aunque es parecida a la de siempre. Pero es al abrir esta cajota cuando empieza el festival visual.
La premisa era, como mínimo, interesante: poner a un autor especializado en juegos temáticos y accesibles como "Quarriors", "La Llamada de Cthulhu: LCG" o los novísimos "Marvel Dice Masters" y "Kaosball" a hacer un juego de trenes, considerados la epítome de los juegos duros de gestión económica. Como no podía ser de otra manera, el señor Lang decidió usar dados, muchos dados.
Ya en su día fue merecedor de buenas palabras, muy probablemente la llegada tardía a nuestras tierras de este juego es debido a la gran cantidad de texto necesario de ser traducido y porque es un juego bastante peculiar, el que hace unos años probablemente no hubiese salido rentable ya que la afición no estaba tan extendida.
Nos pondremos al mando de una de las catorce facciones que habitan este particular mundo. Desarrollaremos su religión enviando a nuestros sacerdotes a los diferentes cultos y construyendo templos que nos concedan el favor de los dioses. Nos expandiremos terraformando el terreno para adecuarlo a las necesidades de nuestra raza.