Os traemos un pseudo-clásico. Bien... ¿Válido...? Ok. ¿Por qué digo lo de pseudo-clásico? Porque es un clásico reinventado. Vamos a contaros cómo se juega, porque es diferente del habitual; y qué tal funciona a dos; y opinión;... Y nada, no nos enrollamos más y nos vamos a la cámara de arriba. Vamos a tener que llevar a nuestros turistas a hacer fotos a los animales.
Yo diría que es uno de los primeros juegos que podemos tener en nuestra casa para los peques. Lo abrimos y vemos cómo se juega. Abrimos la caja, nos encontramos las instrucciones como siempre en un librito. Nos vamos aquí a las en español: son muy sencillas. Es un juego, como decíamos, muy sencillito. Las distintas clases de flores.
En primer lugar, elegiremos a uno de los jugadores para que sea el líder y le otorgaremos la pantalla que colocará sobre la base; y se colocará a un lado de la mesa y se tapará detrás de la pantalla. Cogeremos el pequeño tablero de marcador de rondas y lo pondremos al lado del líder. Y colocaremos el marcador en la posición uno.
En primer lugar, cogemos las ciento cuatro cartas, las barajamos y le repartimos diez cartas a cada uno de los jugadores. Con el resto de cartas, colocamos cuatro bocarriba sobre la mesa. Y de esta manera iniciaremos las primeras cuatro filas que los jugadores tendrán que ir rellenando de cartas. Con esto ya estaría terminada la preparación de la partida.
Un juego donde nos vamos a convertir en intrépidas ardillas para esconder nuestros frutos entre las hojas en otoño y recogerlos en invierno para podérnoslos comer. Lo primero, al contrario que otros juegos, que he explicado anteriormente, voy a explicar el modo más sencillo de este juego puesto que lo veo mucho más sencillo de explicar.
En este artículo voy a hablar sobre qué nos vamos a encontrar en cuanto a mecánicas, las sensaciones que da el juego y mi opinión sobre el mismo. Para producir energía nos servimos del agua de varios cauces, pondremos presas en zonas estratégicas y construyendo tubos que llevaran el agua a centrales eléctricas que lo transformarán en energía.
Para preparar una partida, ensamblaremos el tablero y lo colocaremos en el centro de la mesa. Elegiremos el mazo uno de cada color de carta y lo colocaremos sobre su zona en el tablero. Se hace una reserva con las losetas de territorio (una de cada valor por jugador), y se colocan a un lado las monedas y los contadores de más diez.
Os voy a contar de qué va este juego, donde nuestras traviesas mascotas van a hacer una carrera por toda la casa intentando llegar al botín que hay dentro de la nevera... Eso nos pasa por dejarlas solas. Así que vamos a pasar a ver de qué va este juego. Aquí tenemos una partida preparada donde vamos a tener una colocación en el tablero.
Vamos a ver este juego. Como véis, aquí tenemos una preparación de la partida. Tenemos el tablero con los cuatro jugadores: cada uno de nosotros tendrá el recordatorio de qué jugador es. Y comenzaremos la partida con una ficha de genio. Además, tendremos cada uno de nosotros una alfombrita de tela y comenzaremos con cuatro hechizos.
Es un juego tan sencillo que me parece una tontería realmente haceros un tutorial de él; pero bueno, igualmente lo voy a hacer... ¡Que qué leches, ya lo tengo! Y no lo veo tampoco mal haceros un tutorial. Básicamente preparamos el tablero. Cada jugador tiene sus gallinas. Ponéis hacia arriba el piloto. Le habéis puesto las pilas, lógicamente.
Nos convertimos en uno de los grandes restauradores de frescos de la época. Pero no somos los únicos, y tendremos que demostrar nuestra valía para ganarnos el favor del obispo. Para preparar una partida, primero colocaremos el tablero central. Este tablero está delimitado por zonas. Cada jugador cuenta con tres pintores y cinco ayudantes.
Abrimos la caja y vemos cómo se juega. Pues vamos a abrir la caja. Nos encontramos que nos vienen las instrucciones. Nos vienen unos cartelitos de menú; son los cuatro iguales (uno para cada jugador) y con las distintas comidas que podemos hacer. Las instrucciones vamos a abrirlas... como véis, estas instrucciones quizá son un poco largas.
Hola, vikingos celtas... ¡celtas vikingos! Es un juego celta. El arte es brutal de este juego; ya os lo digo, antes de la opinión: arte inmejorable. Vamos a explicaro un poquito cómo se juega; deciros que va a ser una reseñita rápida porque todo depende de cómo va surgiendo la partida. Básicamente os vamos a enseñar el orden las acciones.
Caja pequeña con un mazo de cartas cuadradas y un troquel con los marcadores de puntuación. El interior de la caja tiene forma de pirámide invertida para que vayas dejando el mazo de descartes y la tapa se convierte en el tablero de puntuación. Muy bonito todo, con unas ilustraciones desenfadadas que le dan un punto muy chulo al juego.
Para preparar una partida, se separan los tres mazos de cartas por color, y se barajan. Del mazo verde, si somos menos de cuatro jugadores, se devuelven las cartas marcadas con un cuatro. Se ponen a un lado las fichas de logro, pretendientes, y las minis de ciudadela y santuario. Se mezclan las losetas de territorio y se saca una por jugador.
Estamos aquí... que me falta la rebequita con el fresco que hace... Ya está el chiste hecho, ya podemos empezar. Este juego roza casi, casi el clasicazo; lo que pasa es que si decimos que es un clásico hay gente que se nos tira un poco a la yugular. ¿Qué es lo que vamos a hacer? Os vamos a enseñar a jugar pero con dos cosas muy importantes que tenéis que tener muy en cuenta.
¿Conseguiremos infiltrarnos en los mayores conglomerados de comunicación para hacernos con el control de los principales medios? Para preparar una partida se forma una cuadrícula con las losetas de compañía, al azar y dependiendo del número de jugadores. Se cogen cubos de cada color, también dependiendo del número de jugadores y se colocan encima de dichas losetas.
Gira la ruleta, recibe ingresos, ocupa regiones, esculpe bustos,... Compra sellos.... Espera, espera,... ¿Qué hacemos explicándote el juego por aquí? Venga a ver el vídeo y a dejar tu comentario diciéndonos qué te ha parecido este "Jadara" o "Hadara"... ¡o como se diga! Y os vamos a explicar cómo se juega a dos jugadores y vais a ver la partida.
Se basa en unas mecánicas de elige tu propia aventura, narratividad y exploración. Es un juego muy sencillo: primero voy a explicar un poquito cómo funciona y luego os contaré mis impresiones y qué tal me ha parecido. Es un juego básicamente narrativo: tenemos el libro del narrador y los jugadores irán avanzando a través de leer ciertas páginas.
Me tocaba dar mi opinión ya con varias partidas a la espalda, y con varios puñales también. Esta opinión, dado que que me he tenido que expender explicando reglas, va a ser un poco más extensa. En mi primeras impresiones ya comentaba un poco sobre el arte del juego, así que en esta ocasión vamos directos al aspecto mecánico y las sensaciones que me provoca el juego.
Ya estamos listos para empezar la partida, así que os explico un poco. Nuestros personajes tienen, cada uno, un mazo de cartas propias; de cartas de habilidad que son propias de cada personaje. Entre las cartas de habilidad encontramos distintas cosas. Tendremos cartas con valores numéricos que podemos usar para bonificar las habilidades.
Os traemos un juego que saca lo peor de cada uno, como sucede siempre que hay política envuelta. ¿Y sabéis que pasa? Pasa mucho con los juegos de política: son juegos sólo para dos jugadores. Así que vamos a contaros cómo se juega y váis a ver una partida que, en nuestro caso, saca lo de por de cada uno. Así que vámonos a la cámara de arriba.
Primeramente colocaremos el tablero de puntuación en el centro de la mesa, y barajaremos los tableros de acción y los colocaremos en la posición indicada dependiendo del número de jugadores. Haremos lo mismo con los lugares de construcción y colocaremos una carta en cada hueco. Además colocaremos las fichas de poder en la zona cinco de cada tablero y pondremos el resto de componentes cerca.
Tiene un aire de juego alemán, colorido y barroco. Quizá sea lo que mejor le va al juego; pero no propone nada nuevo e incluso puede hacerse demasiado cargado de información. Vistoso en mesa sí es, poco más que añadir. Los troqueles son de buena calidad, cartas de buen gramaje y un tablero decente. Pequeño problema con las pizcas de cartón que se hacen difíciles de manipular en ocasiones.