En esta versión del juego es muy importante tener en cuenta que tenemos a varios generales y a un césar. Si perdemos a dichos generales "no pasa nada" (también los llamaremos líderes), pero ¡ay de vosotros si lo hacéis con el césar! Habréis perdido el juego y el jugador que os haya vencido se queda con todas vuestras unidades.
No sé si estaréis de acuerdo conmigo en que aunque se respira el juego básico por los poros de esta nueva edición del juego, lo cierto es que la versión clásica parece muy arrinconada con su mini aparición en el apartado de batalla. Por lo demás... sería difícil decir que esto es realmente un "Risk", y eso es bueno señores. Quizás ha sido la mayor sorpresa del año para mí.
¿Alguna vez os habéis imaginado que alguien pudiera mejorar de forma brutal un juego que ya de por sí os gustaba? Eso para mí es esta nueva edición. Mantiene el espíritu del original en cierto punto de las batallas, pero todo lo demás... ¡Ay todo lo demás! ¡Me encanta! Para empezar, la idea de centrarlo en la vieja Europa medieval.
He visto otras versiones de este producto en el que el arte es una delicia. Sin embargo en la que tenemos entre manos... ¡Dios pero que feo/sobrio es! A eso le añadimos la realidad de que el cartón quizás sea demasiado fino para mi gusto. Por suerte todas estas peguillas quedan un poco ensombrecidas con el hecho de que estamos ante un juego muy divertido.
Estamos ante un juego de fácil aprendizaje en cuanto a mecánicas, pero difícil de controlar. Una vez tengamos preparadas las cosas (en el vídeo os comento cómo, aunque lo tenéis mejor en las reglas porque varía según el número de jugadores), se elige quién será inicialmente el maestro constructor. Cada jugador coge su loseta inicial, dinero y la loseta de referencia.
¿Sabíais que se puede jugar en solitario a este juego de mesa? Seguro que a más de uno de vosotros ni se os había ocurrido, ¡eh! Hay partidas en las que suceden cosas que también pasaron en las películas y partidas en las que nada de lo que pasa se vio en la pantalla. Está muy inclinado hacia el bando del poder oscuro.
Un tochaco de juego de mesa se abre ante nosotros y tenéis que tener clara una cosa: la complejidad no reside en sus reglas, sino en la cantidad de puntitos que tiene. Una vez tengáis preparado el tablero (si queréis saber cómo, ved el vídeo), el juego se divide en tres fases: fase de asignación, fase de mando y fase de recuperación.
Los materiales son muy buenos. Desde el plástico de la estructura, hasta el cartón gordito de las plantillas. Sí que debo decir que el arte... bueno... es para críos sin duda. Ya os he dicho varias veces que me siento un poco Peter Pan cuando hablamos de juegos de mesa. Soy de esos rarunos que disfrutan igualmente con un buen tocho juego, como con uno simplecillo como éste.
De pequeño siempre me encantó este juego de mesa. Pero una vez más, fue de esos que jamás llegué a tener. Así que como comprenderéis hoy estoy mega-contento. Además doblemente, porque si bien la versión antigua era bastante plana, ésta que hoy os traigo permite andar cambiando las plantillas, con lo que aun permite más variabilidad.
Volvemos de nuevo por estos lares a hablar de un juego que no es mío y que por eso, como es habitual en las ocasiones en las que un amigo se viene con su juego a grabar, no os voy a dejar ni unboxing, ni tutorial. Aunque tampoco creo que haga mucha falta ni lo uno ni lo otro puesto que es del 2004 y por un lado son sólo cartas y por otro... con el gameplay os va a quedar más que claro el funcionamiento del mismo.
¡Por fin nos llega la versión acabada! Os tengo que avisar previamente de que lo que nos ha llegado ha sido la edición de los mecenas ¿Por qué lo aviso? Sencillamente porque puede ser que difiera en algunas cosas de la que ha llegado a tiendas puesto que se desbloquearon cartas de tramo, coches,... ¿Qué os voy a contar? La mayoría ya sabéis cómo funcionan estas campañas de mecenazgo.
Conforme nos vayamos desplazando por los distintos edificios, podremos ir explorándolos y consiguiente botiquines y otros elementos que nos serán de utilidad. Ojo, porque sólo podremos transportar aquellos con los que realmente nuestro personaje pueda cargar. Si excede su espacio de carga... por mucho que lo quieras, tendrás que abandonarlo.
A lo largo de la partida los jugadores (tengan el objetivo que tengan) tendrán un nivel de estamina propio a su personaje, lo que traducido al mundano no es otra cosa que puntos de acción. Es cierto que hay cosas que no requieren de ellos, pero lo que realmente importa sí: mover, atacar, explorar... Iremos sufriendo ataques que pueden hacer mucho más que fastidiar.
Este es otro de esos juegos del que podría pensarse que no merece la pena dar una opinión porque es conocido por todos. Pero lo cierto es que si bien es verdad que todos lo conocemos de oídas... pocos hemos llegado a jugarlo o verlo en funcionamiento. De hecho, promete más cuando lo imaginas que cuando lo juegas.
El objetivo del juego es ser los primeros en llegar al helicóptero de rescate. Si para ello tienes que putear a tus compañeros... ¡Hazlo! Ojo que también hay una manera secundaria de ganar que es matando un determinado número de zombis, así que atentos a vuestros contrincantes. Estamos ante una pequeña caja que dentro de lo poquito que ocupa, tiene mucho que esconder.
Si el personaje sale de la casa antes de que el detective llegue, ese jugador habrá ganado. Sin embargo, en caso de que muera en manos de una de las maquiavélicas trampas... se devuelve a la caja y se retira su carta del marco para ponerla en el sofá junto con la de la vieja. Al igual que antes, una nueva carta quedará descubierta en el marco.
Sólo podremos construir edificios que tengan como máximo una planta más que el más alto de los que estén en ese cuadrante. Por no hablar de que aquí la estética es muy importante, y si los edificios de la zona tienen los techos curvos, todos tendrán que tenerlos; y si son triangulares igual. Esto es muy peligroso porque hay que ser previsores: cada jugador construye en su propio panel el edificio que crea que luego vaya a poder colocar.
En este juego lo importante es la supremacía. Tanto es así que por distrito sólo puntuarán aquellos dos jugadores que hayan logrado sacar más puntos. El resto... Resulta importante saber que esas puntuaciones no se logran por el número de edificios, sino por el número de plantas que tengas en el lugar...
Un buen juego para hacer cuentas y con eso sin más azar que lo que decidan el resto de jugadores... ganar o perder. Cada jugador comienza con un panel en el que irá construyendo los edificios que tiene intención de colocar posteriormente en los distintos distritos. Además cuenta con cinco monedas que le permitirán hacer uno o varios pagos para ir reservando zonas.
Si habéis visto algún capítulo de The Big Bang Theory, les habréis podido ver jugando con unos tacos de madera muy similares a éstos. De hecho si mal no recuerdo juegan hasta con unos más grandes... Que algún día quisiera tener yo también, ¡lo malo será guardarlos! Así que como intuiréis los hay de todos los tipos y aún mejor: de todos los tamaños.
Un juego en el que tendremos que curar a un paciente y "disfrutar" metiéndole calambrazos... Fuera bromas, es un juego de pulso en el que simulamos tener un paciente un poco extraño que vete tú a saber cómo leches ha terminado con las cosas que ha terminado dentro del cuerpo. El tema es que hay que sacárselas intentando que no se le encienda la nariz.
Hace bastante tiempo descubrí este juego en su versión inglesa. Un juego en el que a través de los distintos turnos, los jugadores iban construyendo su propio castillo. No sé realmente qué fue lo que me captó más de él, si la idea de construir un castillo medieval, o la portada del juego que mostraba un castillo que siempre he querido ir a ver... La realidad es que desde entonces quise este juego y hoy por fin os hago reseña del mismo.
¿Quién no ha soñado alguna vez de pequeño con eso de ser doctor? A mi me gustaba la idea. Bueno, el caso es que el juego que hoy os traigo yo creo que es conocido por muchos, pero jugado por no tantos. Lo digo en base a las veces que lo escuché en mi infancia (mogollón) y las veces que lo vi en persona (cero patatero).
El mundo de Star Wars entró en mi cabeza gracias a un primo mío al que le encantaba la banda sonora de la, por aquel entonces, única trilogía de la saga. Tenía además las películas y me las dejó... ¡Flipé! Obviamente años después, cuando salió la siguiente trilogía (que no iba a ser siguiente, sino anterior), tuve que ir a verla y por contra de lo que la gente decía... ¡Me gustó!